Rizal estaba muy preocupado y le pregunté qué tenía; me dijo que pensaba en ciertos cambios.-Está Vd. triste, y aquí no se permite entrar la tristeza.
–Es verdad, he estado importuno.
–No; yo he sido la importuna al decir a Vd. eso.
–Ya sé–me dijo como contestación–que algunos ván ganando.
El que me hablara otro en aquel momento me impidió por fortuna contestar.
Luego me dijo ql1e, q:ué le daba para el día de su santo. –¿Como? ¿qué quiere Vd. decir?
–Nada, nada; ya se lo explicaré a Vd. otro día.
No quise insistir; por la tarde había dicho a papá que tal vez le molestaría para ver si podía acabar en este año la carrera; parece que tiene ganas de marcharse. Es así como una herida. ¡Pobre Rizal! Y ¡pobre de mí que inspiro cariño a los que no puedo querer!
Rizal was much preoccupied and I asked him what the trouble was. He said that he was thinking of certain changes.
“You’re sad and here sadness is forbidden to enter.”
“It’s true; I’ve been importunate.”
“No; I’ve been the importunate one in saying that to you.”
“I know,” he said to me in reply, “that some are winning.”
At that moment another spoke to me preventing me fortunately from answering.
Later he told me that I was giving it for his saint’s day. “How? What do you mean?”
“Nothing, nothing; I’ll explain it to you another day.”
I didn’t wish to insist. In the afternoon he said to father that he might trouble him to see if he could finish his course this year. It seems that he wants to go away. It is thus like a wound. Poor Rizal! And poor me who inspires love in those whom I can’t love!