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Sábado, 1 de Agosto de 1896

DUMAGUETE

AL día síguiente, Sábado, al amanecer fondeamos en Dumaguete, cabecera de Negros Oriental.

El vapor atraca bastante cerca por la gran profundidad. Dumaguete se despliega en la playa donde se ven casas grandes, algunas con techo de zinc. Sobresalen la casa de una señora cuyo nombre he olvidado, la que ocupa el gobierno y otra empezada, con sendos harigues de ípil.

Yo bajé con mi familia y el G.P.M. Yo las dije que recorrieran la población para ver lo más importante, mientras que el G. P. M. y yo íbamos a saludar al Sr. Gobr. Regal, a quien yo había conocido en Dapitan de paso para su gobierno.

De allí fuimos a ver al Cpn. de la Ga. Civil, Sr. Herrero, que padecía de una oftalmía que resultó ser conjuntivitis granulosa. En su casa he conocido al médico titular, Sr. P., del que supe muchos casos y cosas relativas a etiquetas provinciales. Quedamos en que mientras yo iba a visitar a mi amigo y antiguo condiscípulo, Sr. Herrero Regidor, Juez de la provincia, se haría la operación para la tarde. Fuí en efecto a visitar a este Sr. quien me recibió cariñosísimamente, invitándome a pasar con él el día, con mi familia. Ví a Periquet, conocí a su familia y visité la casa de Da. Rufina, casa hermosa, donde ví por primera vez después de más de 4 años tocar el piano ‘y en verdad muy bien. Noto que los de Dumaguete tienen gusto. en adornar sus casas con plantas y flores. A la tarde operé al Cpn. de la G. C. y nos embarcamos. Vimos una multitud de quintos a que iban a !ligan. ¡Iban atados por los codos y detrás venía la música! Conocí al Inspector de montes que resultó ser un antiguo condiscípulo mío.

Salimos a la noche, a eso de las 10, y al día siguiente por la mañana entramos en Cebú.